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Despiertan los colores.

Arriesgados Lectores...

13 junio 2015

Cambios







   Dicen que la vida es puro cambio y yo, en nada, estaré zambullida totalmente en uno de ellos, me devorará tiempo y atención y lamentablemente no puedo cuidar mi blog y a mis compañeros literarios como yo quisiera. Esto no es un adiós, es simplemente un hasta pronto, espero que estos nuevos cambios en mi tránsito sea fructíferos y más rápido que tarde estaré de nuevo enfrascada en mis letras para daros una parte de mí y poder seguir disfrutando de esa parte de vosotros que tanto bien me hace.
Disfrutad del verano para los que estáis en este lado del charco y para los del otro, que el invierno despierte vuestros sentidos, con soplos de primavera.

Un gran abrazo para todos y gracias por todo lo que me habéis aportado.

Glosagon.

15 mayo 2015

El curso

    ¡HOOLAA, me llamo Raquel y soy Loogoopedaa!

   Los doce alumnos asistentes no podíamos dejar de mirar la boca de aquella mujer.
   Sus músculos faciales se expandían y movían a un ritmo frenético y su lengua se alzaba hacia el paladar rozando el infinito.
   En cuanto abrimos nuestras bocas para las presentaciones iniciales, ella no nos miraba, nos observaba con meticulosa deformación profesional.
   Uno a uno hizo desfilar nuestros defectos, desde respiraciones extremas, bajando hacia unos dientes que se resistían a separarse para dejar escapar las palabras y acabar deslizándose por unos cuellos como torres de alta tensión. Nos dejó muy claro que no sabíamos hablar.
   Transcurrían los días en aquel aula convertible que tornaba a veces, en sala de psiquiátrico, con sacudidas entre unos a otros mientras contábamos del uno al diez con las bocas abiertas como bodegas de barco o repitiendo los meses del año como borrachos perdidos en el tiempo.
   Entre obleas y lámparas, tomaduras de aire y bostezos frustrados, consiguió que fuéramos capaces de ser conscientes de nuestros errores nada más abrir la boca, y a base de golpes, sobre la mesa, logró que hablásemos como una Logopeda manda.

Glosagon.





05 abril 2015

El bicho

 Le vio entrar con un bulto grande entre las manos y tapado con una tela gruesa que no dejaba ver lo que escondía.
    Siguió mirando la vida de otros que cada día retransmitían en la tele – al menos a estos le pagan un dineral por prostituir su vida-, pensó.   Ella había prostituido la suya al hombre que había entrado a precio de saldo.
   Le oyó trafegar en la cocina y al momento volvió al salón, en las manos traía una enorme jaula con un carnavalero loro dentro.
   Le miró sorprendida y su marido con una sonrisa postiza como el felpudo corto que cubría su cabeza le dijo: –p’a que tengas quien te haga compañía-
   -Más que tú seguro que hace- respondió ella. Él le lanzó cuchillos afilados con la mirada pero ella ya era una experta contorsionista para evitar todo lo que le lanzaba.

   Él se marchó dando un portazo de autoridad. Miró al bicho y éste se revolvió nervioso en su jaula y lanzó cuatro gritos histéricos. Ella le sonrió sincera y le aconsejó – si quieres sobrevivir aquí mejor te estás quieto y callado- y siguió viviendo la vida de los otros.

glosagon.
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 

04 marzo 2015

Pioneras

   Piedad Isla se paso la vida recorriendo, primero en bici y luego en moto, los pueblos de la montaña palentina con su cámara de fotos  como único equipaje. Captó miles de imágenes cotidianas de la España de los 50 y 60 mientras se ganaba la vida haciendo fotos de carné, bodas y bautizos.
   Nunca quiso seguir los cánones preestablecidos que la sociedad española permitía a las mujeres de la época. No quería casarse, ni tener hijos, ni coser, ni vestir santos, solo quería elegir su propio camino.
   Las leyes prohibían a las mujeres muchas cosas pero ninguna decía que no pudiera ser fotógrafa.

Glosagon.









11 febrero 2015

Durezas

Hasta los que se sienten de piedra se agrietan ante el amor.
                                   
Solo es cuestión de utilizar el cincel adecuado.

Glosagon.

28 enero 2015

Superdotados

   Fue una niña hiperactiva incapaz de mantenerse sentada oyendo una explicación del profesor. Era un fracaso escolar de 8 años.
   Su madre desesperada la llevó a la consulta de un psicólogo, éste habló con la niña solo cinco minutos, le dejó la radio puesta y fue a buscar a su madre, juntos espiaron a la niña sola en el despacho ¡estaba bailando!
   Ella pensaba con los pies y ahí empezó la carrera de Gillian Lynne hacia el Royal Ballet de Londres y a crear su propia compañía.

Moraleja:   No importa cuanta inteligencia tienes sino de que clase. Todos somos superdotados en algo, solo tenemos que descubrir en qué.


Glosagon.

11 enero 2015

Placeres

   Plantada ante la imponente cristalera sus ojos brillan de una manera demente ante aquella visión viciosa.
    Ellos se exhiben sin pudor de manera descarada y desafiante. Unos posan desnudos y de frente, otros tumbados, algunos la miran desde una altura vertiginosa y los más tímidos se pavonean a ras de suelo… y ella allí, deseándolos a todos.
   Respira profundamente y traspasa aquella puerta prohibitiva que la llevaría, sin escalas, a una manera de entender el placer.
   La invitan a una copa de cava que paladea acomodada en un sofá blanco y esponjoso como una nube. Da comienzo el desfile. Unos y otros lamen sus pies y las burbujas  hacen el resto. Penetra sin pudor hacia el nirvana…
-          -Señora ¿se decide por alguno?- le pregunta la dependienta, a la vez que aterriza de boca  sobre la realidad.-
-        -  ¡Mmmmm mejor vuelvo mañana porque hoy tengo uno de esos días indecisos!- le respondió.

Mientras esperaba su turno en la oficina de empleo tomó la decisión.

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