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Despiertan los colores.

Arriesgados Lectores...

26 noviembre 2012

Lada Zhigulí

   Huyendo de esos viajes “Todo incluido”  La Habana-Varadero, decidimos organizar nuestro propio tour por la isla recorriéndola por carretera en un coche de alquiler, eso sí , tuvimos en cuenta que  viajar en coche era una aventura dada las condiciones del asfalto de las carreteras, para que te hagas una pequeña idea, la mayoría de ellas  eran como un campo de maniobras militares transitadas, mayoritariamente, a pie*pidiendo botella,  o en bicicleta, por  blancos, negros o mulatos, según la zona, vestidos ellos con su uniforme guayaberil y ellas a su libre albedrío con ese punto colorista y ventilado  de común uso por esas latitudes.
   Intuición, lucidez, no sé, llamémosle corazonada pero desde que posé mi culo en aquel asiento de sky de color “rojo puticlub” supe que aquel viaje quedaría serigrafiado a todo color en la placa de mi memoria  con olor a caña y a ron.
    Aquel coche marca Lada Zhigulí, icono de la era soviética, sería nuestro medio  para portearnos por toda la isla. Lo primero que hicimos fue verificar su estado y aparentemente todo estaba en su sitio. Tarde comprobamos  aquello de que “el cubano inventa mucho” no era una frase hecha.
   En mi asiento de copiloto con el mapa de carreteras desplegado sobre el salpicadero y con una hawaiana descolorida por el sol caribeño moviendo sus caderas ortopédicamente, comenzamos la aventura…
   Salir de La Habana ha sido uno de los mayores retos de mi vida, nuestra pinta de turistas y con cara de ¿dónde está Wally? era reclamo suficiente para que nos ofrecieran  todo tipo de servicios en cada parada,  su espontánea amabilidad es notable pero…favor con favor se paga y si es con *fulas  tienes garantizado un servicio de lujo.
   Una vez en la autopista nacional que a la vez hacía las veces de mercado,  en dirección a nuestro destino, descubrimos varios carriles y sin línea divisoria.   Ristras de productos locales colgaban de las manos de muchos vendedores ambulantes. El escaso tráfico nos llamó la atención, más tarde supimos que el combustible era un lujo que pocos se podían permitir. Según avanzábamos descubrimos que  el mapa era un fantástico abanico que mitigaba los 40 grados húmedos y aplastantes. Tuvimos que hiperdesarrollar nuestra orientación ya que muchas salidas e incorporaciones no tenían cartel y cuando te dabas cuenta que te habías equivocado no existía otra manera de retomar el camino que cogiendo por un camino de cabras o simplemente de manera misteriosa,  se interrumpía en algún punto sin salida.
   Encontrado el camino y un poco más tranquilos comenzó a salir humo del capó del Lada, nos miramos con pavor y mientras yo estiraba las piernas, mi  Macguiver  particular, que lo arregla todo con un clip, solucionó el problema. Continuamos y un rato después nos dan el alto los *caballitos, temblamos porque ya nos advirtieron cómo funcionaba  el sistema, otra vez las *fulas. Nos pidieron la documentación y uno de ellos al ver en nuestros pasaportes que éramos de Canarias nos desgranó de la A la Z su árbol genealógico familiar y descubrimos que tenia un “chinguito” palmero y para celebrarlo nos saco de las alforjas de su moto una botella de puro ron de caña y nos invitó a varios taponcitos. Él también brindó por el encuentro, varias veces.
    Retomamos el camino, contentos y relajados. El ron hacía su efecto cuando nos fijamos que el cielo se rebujaba de manera desafiante, comenzaron a caer goterones que se convirtieron en cuestión de minutos  en una tormenta descomunal. Mi compi activa el limpiaparabrisas y dos varillas famélicas y desnudas nos cantaron un danzón desafinado y  chirriante.
   Paramos en una cuneta mientras nos revolcábamos de la risa dentro del inolvidable Zhigulí.

*1 -haciendo dedo(autostop).
*2-dólar americano
*3-policía en motocicleta

Glosagon.

16 noviembre 2012

Sin red

Después del séptimo salto había llegado su momentazo…  caída libre a 250Km/h.
Sus nervios tejieron una red interior que no le amortiguaron.
Su paracaídas no se abría.
El de emergencia también la abandonó.
El mundo giraba bajo sus pies sin contar con ella.
Solo los gritos desquiciados de su monitor la mantenían  atada al cordón umbilical de la realidad.
La visión cercana del suelo le hizo postigar los ojos.
No sentía la cara pero logro escupir varios dientes
La suerte, por esta vez, no la escupió de la vida.

Glosagón

06 noviembre 2012

Vacío temporal

  
Fue un regalo de Reyes tardío. El 8 de enero a las 8 de la mañana ya daba sus primeros sorbos de vida. Siempre temí que su llegada fuera eclipsada por ese día festivo preestablecido, pero supo esperar.
   A partir de aquel momento mi vida tomó una única dirección, eso sí, por voluntad propia. Mi yo, paso a ser ella, a tiempo completo. En estos años he ascendido de madre a chófer particular, la llevo a ella y a sus hormonas adolescentes y alborotadas a sus actividades y citas sociales.
   Estos días me ha concedido vacaciones.  Aunque no es la primera vez que deja la casa por algunas semanas, si es la primera que lo hace tan lejos y sola, y eso me hace sentir vulnerable. No cabe duda que este silencio me aturde y es inevitable sentir un vacío que viene a jugar con la melancolía. La razón me dice que es “ley de vida” aunque mastique el alma.
   Sin duda ha comenzado un duro entrenamiento para superar  la prueba definitiva, porque esto, ya  es imparable.
     Quedan para su regreso 7, 6,5….días

Glosagon.