foto

foto
Despiertan los colores.

Arriesgados Lectores...

18 diciembre 2012

PARA TODOS


                                        

   Sacando punta a mi lápiz pensaba  una manera golosa de felicitaros  estas fiestas.
   A veces llega algo a tu vida y sabes de inmediato que te aportará momentos agradables, acompañados, acurrucados….
    Eso me ha aportado mi blog desde hace un año cuando  le di el pistoletazo de salida. La magia de las personas de aquí, de allá o de más allá que me han regalado sus mentes, sus corazones, sus letras, su creatividad, su lucidez… ha sido el más valioso de los regalos.
   Por ello quiero compartir con todos los que estamos y con los que vendrán mi turrón de Gofioconmiel , borracho de gratitud, con tropezones de esperanza y relleno de ilusión que no podrás comprar en ninguna parte porque es una receta casera.

Glosagon.

05 diciembre 2012

Vida perra

   ¿Por qué nadie me explica que he hecho mal?, ¿por qué tengo que ver pasar la vida a través de los barrotes de la puerta del jardín?
   ¡Todo fue tan diferente cuando llegué!, todos querían estar  y jugar conmigo y… ¡parecían tan contentos de mi llegada!
    Fueron muchas las expectativas creadas alrededor de mis saltos que luego fueron cayendo como los eslabones de la cadena que a veces me atenaza.
   Han inventado para mí este cruel castigo, este confinamiento solitario sin que nadie me rasque detrás de la oreja.
    Me siento entumecido, he perdido el hábito de mi movimiento natural, mi olfato solo es capaz de oler el hastío.
   A veces actúo frenéticamente con la esperanza de que el azar o mi empeño me libere de este suplicio, pero todo es inútil y acabo en el mismo rincón sin hacer nada, sin comer, sin quejarme, sin luchar…..
   Me siento enfermo de indefensión... y de olvido.

Glosagon.

26 noviembre 2012

Lada Zhigulí

   Huyendo de esos viajes “Todo incluido”  La Habana-Varadero, decidimos organizar nuestro propio tour por la isla recorriéndola por carretera en un coche de alquiler, eso sí , tuvimos en cuenta que  viajar en coche era una aventura dada las condiciones del asfalto de las carreteras, para que te hagas una pequeña idea, la mayoría de ellas  eran como un campo de maniobras militares transitadas, mayoritariamente, a pie*pidiendo botella,  o en bicicleta, por  blancos, negros o mulatos, según la zona, vestidos ellos con su uniforme guayaberil y ellas a su libre albedrío con ese punto colorista y ventilado  de común uso por esas latitudes.
   Intuición, lucidez, no sé, llamémosle corazonada pero desde que posé mi culo en aquel asiento de sky de color “rojo puticlub” supe que aquel viaje quedaría serigrafiado a todo color en la placa de mi memoria  con olor a caña y a ron.
    Aquel coche marca Lada Zhigulí, icono de la era soviética, sería nuestro medio  para portearnos por toda la isla. Lo primero que hicimos fue verificar su estado y aparentemente todo estaba en su sitio. Tarde comprobamos  aquello de que “el cubano inventa mucho” no era una frase hecha.
   En mi asiento de copiloto con el mapa de carreteras desplegado sobre el salpicadero y con una hawaiana descolorida por el sol caribeño moviendo sus caderas ortopédicamente, comenzamos la aventura…
   Salir de La Habana ha sido uno de los mayores retos de mi vida, nuestra pinta de turistas y con cara de ¿dónde está Wally? era reclamo suficiente para que nos ofrecieran  todo tipo de servicios en cada parada,  su espontánea amabilidad es notable pero…favor con favor se paga y si es con *fulas  tienes garantizado un servicio de lujo.
   Una vez en la autopista nacional que a la vez hacía las veces de mercado,  en dirección a nuestro destino, descubrimos varios carriles y sin línea divisoria.   Ristras de productos locales colgaban de las manos de muchos vendedores ambulantes. El escaso tráfico nos llamó la atención, más tarde supimos que el combustible era un lujo que pocos se podían permitir. Según avanzábamos descubrimos que  el mapa era un fantástico abanico que mitigaba los 40 grados húmedos y aplastantes. Tuvimos que hiperdesarrollar nuestra orientación ya que muchas salidas e incorporaciones no tenían cartel y cuando te dabas cuenta que te habías equivocado no existía otra manera de retomar el camino que cogiendo por un camino de cabras o simplemente de manera misteriosa,  se interrumpía en algún punto sin salida.
   Encontrado el camino y un poco más tranquilos comenzó a salir humo del capó del Lada, nos miramos con pavor y mientras yo estiraba las piernas, mi  Macguiver  particular, que lo arregla todo con un clip, solucionó el problema. Continuamos y un rato después nos dan el alto los *caballitos, temblamos porque ya nos advirtieron cómo funcionaba  el sistema, otra vez las *fulas. Nos pidieron la documentación y uno de ellos al ver en nuestros pasaportes que éramos de Canarias nos desgranó de la A la Z su árbol genealógico familiar y descubrimos que tenia un “chinguito” palmero y para celebrarlo nos saco de las alforjas de su moto una botella de puro ron de caña y nos invitó a varios taponcitos. Él también brindó por el encuentro, varias veces.
    Retomamos el camino, contentos y relajados. El ron hacía su efecto cuando nos fijamos que el cielo se rebujaba de manera desafiante, comenzaron a caer goterones que se convirtieron en cuestión de minutos  en una tormenta descomunal. Mi compi activa el limpiaparabrisas y dos varillas famélicas y desnudas nos cantaron un danzón desafinado y  chirriante.
   Paramos en una cuneta mientras nos revolcábamos de la risa dentro del inolvidable Zhigulí.

*1 -haciendo dedo(autostop).
*2-dólar americano
*3-policía en motocicleta

Glosagon.

16 noviembre 2012

Sin red

Después del séptimo salto había llegado su momentazo…  caída libre a 250Km/h.
Sus nervios tejieron una red interior que no le amortiguaron.
Su paracaídas no se abría.
El de emergencia también la abandonó.
El mundo giraba bajo sus pies sin contar con ella.
Solo los gritos desquiciados de su monitor la mantenían  atada al cordón umbilical de la realidad.
La visión cercana del suelo le hizo postigar los ojos.
No sentía la cara pero logro escupir varios dientes
La suerte, por esta vez, no la escupió de la vida.

Glosagón

06 noviembre 2012

Vacío temporal

  
Fue un regalo de Reyes tardío. El 8 de enero a las 8 de la mañana ya daba sus primeros sorbos de vida. Siempre temí que su llegada fuera eclipsada por ese día festivo preestablecido, pero supo esperar.
   A partir de aquel momento mi vida tomó una única dirección, eso sí, por voluntad propia. Mi yo, paso a ser ella, a tiempo completo. En estos años he ascendido de madre a chófer particular, la llevo a ella y a sus hormonas adolescentes y alborotadas a sus actividades y citas sociales.
   Estos días me ha concedido vacaciones.  Aunque no es la primera vez que deja la casa por algunas semanas, si es la primera que lo hace tan lejos y sola, y eso me hace sentir vulnerable. No cabe duda que este silencio me aturde y es inevitable sentir un vacío que viene a jugar con la melancolía. La razón me dice que es “ley de vida” aunque mastique el alma.
   Sin duda ha comenzado un duro entrenamiento para superar  la prueba definitiva, porque esto, ya  es imparable.
     Quedan para su regreso 7, 6,5….días

Glosagon.

22 octubre 2012

¿Me concedes un minuto?

En un micro el lector te concede un minuto. Tienes que engancharlo desde el segundo uno, si no, corres el riesgo de ser un “no leído”.
   Embutida en su minúsculo traje de lentejuelas rojas sin brillo y decorado con un manchón de semen aún tibio, hace funambulismo sobre 12 cm de tacón. Mira de soslayo una raya sobre la mesa que transporta a otra realidad, pero ella es puta no yonqui. Coge los billetes manoseados y sale de allí zumbando silenciosamente. Coge un taxi y le pide rapidez, por suerte su último cliente también lo fue. Su hijo la espera en la guardería. Cierra los ojos e invoca su sonrisa. Debe encontrar otra manera de subsistir, pero la otra puta, la crisis, no le está dando demasiadas opciones.
   Si has llegado hasta aquí, es que lo he conseguido. Gracias.
Glosagon.

13 octubre 2012

El pueblo de los gatos

En los Pirineos, frontera montañosa entre España y Francia, donde su paisaje brinda la naturaleza más intacta y donde cada otoño la berrea de los ciervos inaugura los tiempos de castañas y setas, dormita un pueblo de casas de piedra que tras la Guerra Civil española pocos volvieron a morar en ellas. Solo dos ancianos nonagenarios, José y María  conviven  junto a cientos de gatos  que campan a sus anchas por el lugar regalando una estampa, como poco, original.
   Ignoro si José y María, por lo avanzado de su edad, siguen habitando en dicho  lugar,  y conversando, cada cual en su idioma, con sus vecinos gatunos, lo que  sí puedo asegurar es que ese lugar recóndito y especial quedará grabado en mi almohadilla cerebral  como una sombra sigilosa, igual que el andar de los  gatos.
                                                 ¡Miaaaaaaauuuuu!
Glosagon.

02 octubre 2012

Lo sé

Este tobogán con arrugas es demasiado pendiente. No sé que postura idear para que el recorrido no sea tan rápido ni vertiginoso.
   ¿Que cada día necesito sobredosis extras de oxígeno para llevar a cabo tareas que antes hacía con solo un suspiro?, lo sé.
   ¿Qué a veces se me quedan posos en el cerebro que congestionan mi memoria y la atascan?, lo sé.
   ¿Qué pienso y actuó más lentamente y me he vuelto ensimismado?, lo sé.
   ¿Qué me he vuelto el hombre invisible para las mujeres? , lo sé, pero….
   No me trates como a un niño, que soy mayor. No me aísles ni me mates socialmente. No nubles aún más mi memoria, facilítame oportunidades y compromisos, aún puedo ser útil.
   No lastres con prejuicios y estereotipos manidos y margines mi sabiduría, no desprecies mi experiencia, no reprimas mis sentimientos, no estanques mi interés ni hieras mi dignidad.
   No dejes que ellos, la soledad y el aburrimiento, se instalen en mí, porque moriré.
   Soy viejo, lo sé, dime algo que no sepa.
   Cada día veo a viejos con cuarenta años menos que yo padeciendo la vida y  sin ninguna ilusión y es que como dijo un científico alemán “nada nos hace envejecer con más rapidez que el pensar incesantemente en que nos hacemos viejos”.

Glosagon

24 septiembre 2012

Purasangre con alas de mariposa

Aquel niño desgarbado e inquieto mutó en  un purasangre veloz, ágil y metódico.
   Su déficit de atención e hiperactividad le auguraban una infancia medicada. Aquella actividad acuática, que en principio formaría parte de su tratamiento le convertiría en un mito histórico, deportivamente hablando.
   La natación le regalaba tranquilidad y seguridad, aquel pasillo inundado y demarcado lateralmente, con una raya negra fondeada, le indicaba la dirección que le permitía ir rápido a la vez que su mente optaba por la marcha “slow”.
   Aquel don para flotar sin mostrar apenas esfuerzo y fatiga, añadiendo el disfrute de hacerlo bajo presión , braceando con alas de mariposa musculada formando  aros dorados alrededor de su cuello,  le ha hecho entrar en el  Olimpo de los Grandes.
   Sus longevos 27 años ya no le permiten esfuerzos extremos pero otra raya negra le indicará otras direcciones, siempre con el agua de fondo.

Glosagon.
Nota de la autora: normalmente mis personajes son ficticios, o casi, en este caso he querido hacer mi modesto homenaje a este hombre con alas( Michael Phelps) que ganó TODO en su modalidad en las pasadas Olimpiadas de Londres y porque me parece un ejemplo de cómo con sacrificio y esfuerzo se puede lograr alcanzar metas e incluso la gloria.

10 septiembre 2012

10 segundos....

   …fue lo que tardó el ascensor en nuestro viaje compartido desde el rellano del piso 7º a la salida.
   Cuando abrí la puerta  para entrar, allí estaba ella con todo en su sitio.
 -¿Bajas? le pregunté, y afirmando con un golpe de melena  comenzamos el descenso.
   Nuestras lenguas fueron por libre y comenzaron un parloteo insulso mientras nuestros ojos iniciaron paralelamente un escaneo minucioso.
   Su pelo perfectamente planchado  y domado. Su maquillaje verbenero proyectaba hoy, en 3D, sus bembas húmedas  y brillantes.  Su ancho cuello, engalanado  por un diminuto pañuelo de hortensias obesas flotaba  sobre su camiseta blanca y ceñida que  comulgaba con el pecado de su falda azul turquesa, de tamaño  casi invisible, lo contrario que su bolso, donde podría acampar una familia entera.  Sus zapat…….. ¡Fin del trayecto!
   Ella fue más rápida, me dijo que le gustaba el color de las uñas de mis pies.
   Nos despedimos cordialmente  y cada una rumbó a lo suyo. La vi caminar delante de mí y de forma discreta y rápida se recolocó sus 18cm en la entrepierna.
Sonreí y pensé: “no hay nada como un “básico” para un buen fondo de armario”.
Glosagon.

30 agosto 2012

Para la chica que comía margaritas

  Lo prometido es deuda pero mis ideas vagas, bostezan afectadas por el calor, necesito alejarme de este sopor que las hace sudar.
   Alongada en mi ventana contemplo un baile  descifrado de historias, cuando un toque rosa con  corazones rojos bombeando reconocimiento, se convierte en fresca caricia inesperada. Cierro los ojos y  unas  alas imaginarias me transportan  hasta su jardín de margaritas juguetonas y comestibles.
   Su dueña se alimenta de ellas, ¡ese debe ser su secreto!
    La ingesta de pétalos fecunda su inspiración, éstos se mezclan con las palabras entre sus dedos y en cortos procesos de gestación alumbra sus frutos que cuelga sobre una red electrizante que esparce  lúcidas y fragantes historias que fertilizan su particular edén.
En su jardín puedes soñar e incluso renacer, cada día.
 Ahora ya no come pétalos sino caramelos sugus con sabor café, pruébalos, tienen la misma eficacia.
Glosagon.

De vuelta y...

    Hola a todos, aunque aún me queda una semana de vacaciones, casi estamos de vuelta, con energías renovadas, relatos nuevos deseando ser compartidos y también con ganas de volver a la normalidad, como todo, lo extra está bien un tiempo pero pasado este, echo de menos  mi monotonía.
   Iniciamos nueva etapa e  imagen en el blog, siempre es bueno hacer cambios aunque estos sean pequeños  y esperando que mis relatos sean una lectura amena y gustosa para todos aquellos que deseen leerlos.
                                                    ¡BIENVENIDOS  Y COMENZAMOSSSS!
…con Agradecimiento
   Cuando me estrené como bloguera, el suyo fue de los primeros blogs de los que me hice seguidora, guiada por su  sugerente nombre me acerqué hasta el jardín donde comía  margaritas, su manera de contar y transmitir me atrapó desde el primer momento, por eso cuando su abrazo de reconocimiento hacia mi blog llegó hasta mí ,me lleno de alegría y gratitud.
   Este reconocimiento para blogs con menos de 200 seguidores es un revulsivo y acicate para aquellos que estamos comenzando nuestro tránsito por estos caminos virtuales, por eso desde aquí quiero agradecer a su regalo y a la vez seguir esta cadena. Sólo puedo elegir a cinco, tarea difícil, mi abrazo y reconocimiento es para todos,  en especial para los siguientes blogs:
*Eternidades y pegos
*Cómo descubrir que no eres Heidi*
*Vocablo mudo
*BeeBorjas
*Porqué no? si quiero
   Hacedles una visita porque merecen la pena, es difícil hacerse un hueco entre tanto bueno, pero buscando y descubriendo se puede encontrar, quizás, algo  especial.

16 julio 2012

Semejanzas

   Su esqueleto de piedra fastuosa y vivaz consiguió que mi gladiadora imaginación lo cruzara una y otra vez a lomos de caballos que tiraban de pesados carros enlazando pasado y presente.
Puente roto- Roma (foto Glosagon)

   La construcción de un puente es cómo la construcción de la vida, lo primero que se debe hacer es excavar para comprobar el subsuelo y la resistencia para soportar un gran peso, luego se marca donde irán los contrafuertes y comenzamos a echar cimientos. Algunos contrafuertes ceden y dejan filtrar elementos externos que suponen un problema y para evitarlos ideamos un recinto hermético a base de troncos y cadenas que clavamos en el interior y solo se deja un hueco por donde liberar presión, en ese pequeño espacio a veces se producen inundaciones que no sabemos cómo atajar, el espacio es tan reducido que hay que llevar a cabo trabajos de allanado y consolidación.
   Construir puentes sólidos es buscar el sentido a las vueltas para que no nos parezcan absurdas, solo necesarias. ¿Cuántos puentes son necesarios cruzar? Quizá no debamos evitar ninguno, debemos ser libres para discurrir por la vida dando garbeos hasta cruzar por ellos oscilando entre sus márgenes mientras creamos  nuestro propio río y zambullirnos en él despojándonos de ese traje tatuado con escusas y pretextos.
   Sufren etapas de decadencia tras periodos de esplendor, se fracturan desgastados por el uso interno y externo, sin embargo todos sirven para unir orillas. Atravesarlos nos convierte en mensajeros, de este lado tu hoy del otro tu mañana, entre las dos vertientes fluye la vida a veces serena o turbulenta, a veces traicionera o mansa, lo importante es que discurra, que no se estanque y apeste. Ese tránsito continuo de un lado a otro nos descubre nuevas alternativas y senderos en nuestra marcha, nos propone desarrollar una fortaleza para enfrentar al temor y para avanzar con incertidumbre y sin garantías hacia ese puente que te devolverá a la casilla de inicio, a tu lugar de origen.
   Con estructuras ligeras y rudimentarias que parecen quebrar, de piedra, de hierro oxidado o de esos colgantes que se balancean haciéndonos sentir la inseguridad y el vértigo a caer en el abismo, transitamos por ellos morando en las dos orillas, en la locura y en la cordura.
   Debemos ser audaces y no rendirnos a mitad del camino paralizados por el miedo, debemos buscar sin cesar para encontrar la orilla deseada que a veces se esconde y no vemos al otro lado.
   Mi mayor temor es terminar dañado y que nadie sepa qué hacer con este resto solitario y abandonado en medio del cauce, mi mayor consuelo ser recordado a pesar del discurrir de los tiempos.

Glosagon.
 

10 julio 2012

El aperitivo.

   Siempre fue hombre de costumbres y rutinas medidas, ni su milimétrica memoria recordaba ya desde cuando comenzó con aquel hábito.
   A las doce en punto del mediodía estuviera dónde, con quién y cómo estuviera, ponía freno, buscaba un lugar a la sombra y pedía un Cinzano rojo con mucho hielo y rodaja de naranja, servido en vaso de cristal de boca ancha.
   El líquido rojo intenso inundaba su boca y tras tragarlo de manera violenta chasqueaba la lengua contra el cielo de la boca saboreando largamente su  profundo amargor.
   No recuerda nada del día de los hechos, en que según la acusación, seccionó la yugular del aprendiz de camarero que se atrevió a servirle su aperitivo en vaso plástico de tubo, poco hielo y rodaja de limón. Solo su paladar evoca de manera nostálgica aquel elixir de renovado sabor. Su evocación hace que su lengua lametee  sus labios y disfrute  mentalmente, sorbo a sorbo, del Cinzano con trazas sanguinolentas  de humano joven que le propicio una experiencia sumiller inédita.
   Ahora ya no tiene que buscar la sombra pero sigue parando su actividad a las doce en punto, sale al patio y bebe una Coca-Cola zero pero, ¡no es lo mismo! , mientras, cuenta los días que quedan para volver a gozar de aquel bestial sabor.
  Al fin y al cabo somos animales de costumbres.

Glosagon.

02 julio 2012

Con vistas


   Siempre fue mi sueño tener una casa con vistas al mar. Al final lo he conseguido. Es un minúsculo y minimalista apartamento pero dado que vivo sola y acorde a mi posición, es suficiente.
   El sol tamiza su interior desde su primer bostezo mañanero al último nocturno y el soniquete de los pájaros es la banda sonora natural perfecta, a veces rota por las conversaciones de los operarios que se encargan del mantenimiento de las zonas comunes y otras por las visitas a los vecinos colindantes.
   Mi madre es la que con más frecuencia me visita, mira mi casa y solloza, creo que piensa que me he ido demasiado pronto de su lado pero siempre me regala un afligido ramo de crisantemos blancos y amarillos, de esos que se ponen a los muertos.
Glosagon.

Foto: Glosagon.

27 junio 2012

TÓXICOS

   Cada vez más a menudo colisiono con individuos que por una extraña razón derrochan  la mayor parte de su estepario tiempo rumiando en como asediar y derribar a los demás.
   Si te paras a pensar un segundo  seguro que hoy te has topado con alguno de ellos, les has visto, oído o sufrido. Esta tropa fastidiosa  anda suelta a la caza y captura con un claro objetivo,  JODER.
   Pero juntos podemos ganarle la batalla a ese CRITICÓN que posee el manual de la verdad absoluta, el resto estamos equivocados y actúa malévolamente para hacerse valer.
    ¡Huye, el PROBLEMÁTICO!, ése que crea polémica por todo, no escucha y cree que alzando la voz su razón será aún más verdadera.
   ¡Ños, el EGOCÉNTRICO!,  le encanta que le dores la píldora continuamente y solo sabe hablar de sí mismo.
   ¡Horror, el PARANOICO! , viene de fábrica con un manual de sucesos, te amarga la vida y es como un aspersor salpicando miedos y recelos. Nunca le digas que te vas de viaje porque te desgranará una a una todas las desgracias posibles.
   ¡Uf, el CHULO! ,te escupe en la cara lo bueno que es en todo y lo que él tiene es lo más, no te dejes arrastrar porque entrarás en una competición superflua que te llevará a la insatisfacción, la  misma que él sufre, ¡agotador!.
   ¡Tiembla, el ENVIDIOSO! , no reconoce un mérito ajeno  sin ponerle algún “pero”  ni aunque le maten.
   ¡Horror, el MONOLOGISTA! , te pregunta cómo  estás y sin darte tregua comienza a relatarte su insulsa vida como una ametralladora  humana.
   ¡Puf! , el que se cree el ombligo del humor y resulta aburrido, pesado y patético. Ya decía mi abuela que más vale caer en gracia que ser gracioso.
   ¡Que rebota, el PELOTA! parece amable y simpático pero manipula hasta  su sombra con tal de obtener algún beneficio personal. Ni te cuento de los agresivos y autoritarios que solo disfrutan insultando y atemorizando y ¡qué me dices del arrogante!,  que pretende hacerte  sentir como un ser estúpido e inferior.
   ¡Aggghhhhh!  Sacúdete tanta energía negativa, no pierdas tiempo con esta gente que no  aporta nada y con paso garboso dirígete hacia esos tantos  otros que te alegran y demuestran en cada gesto que pertenecen al grupo de las buenas personas, pero…
                                              ¡OJO! Cuídalas, escasean.

Glosagon.

19 junio 2012

Corazones de cartulina

   Cuando mi corazón estaba a punto de licenciarse en desengaño y dolor llegó hasta mis manos aquel libro cuyo título describía fielmente mi estado de ánimo. Ese proceso emocional que surge tras una ruptura sentimental, un coctel de duelo y espesura mental que no se presenta de manera ordenada sino  que se solapan y entremezclan.
¡Cómo me gustaría tener una memoria de teflón para que no se me pegaran los recuerdos!
   ¡Qué curioso! El destino de aquel libro era también el olvido o peor aún, la destrucción. Quedó despreciado junto a otros dos más del mismo autor, de la elección familiar tras la muerte del abuelo y  el desmantelamiento de su abigarrada biblioteca.
   Quise conocer al autor, puse su nombre en el buscador y su retrato de serio rostro me abrió la puerta virtual  a una de esas páginas en las que desnudan y exhiben tu vida sin pudor y donde millones de ojos pueden leer y saber cosas de uno, más que uno mismo. Con sorpresa descubrí que en dos días tendría una firma de libros en una pequeña librería del centro, supongo que es el precio a pagar por no ser un escritor de esos denominados mediáticos.
   Allí me plante con mis tres libros viejos y heredados y con la impaciencia de una adolescente. Desde mí puesto en la cola le pude observar y darme cuenta de que la foto de la página web no estaba actualizada o habían usado el fotoshop  masivamente, aun así, aquel hombre que estaba agotando su proceso de maduración, llevaba tallado en su rostro  surcos extremadamente significativos.
   Firmaba como un autómata, casi sin levantar la mirada. Cuando llegué a la mesa y deslice mis libros encabezados por los Corazones de Cartulina, su mano quedó suspendida por una traba invisible y levemente comenzó a temblar. Levantó su mirada hacia mí y dijo:- una mujer como tú no debe tener el corazón acartonado-.
-          Pues lo tengo, es más, forma pliegues prensados en tonos negros y grises.-
Bajó la mirada y con su mano ya liberada y controlada escribió:”en la cafetería en una hora”.
   Le vi cruzar con paso lento y casi torpe, se sentó frente a mí, pedimos café y comenzamos a despegar pliegues que escondían amores ocultos y prohibidos.
 Su corazón habitaba en un cuerpo ajeno y equivocado que le había llevado a un tránsito caótico y casi destructivo.
   Nuestro encuentro fue un mero comienzo, nos concentramos en nuestras necesidades y construimos un modo de vida insólito pero satisfactorio para ambos. Aquella fuerza interior que nació del sufrimiento la transformamos  en confianza  y seguridad mutua, quitándonos presión.
   Yo vivo aceptando a la mujer que vive agazapada en él y él vive aceptando que la adoración que le tengo va más allá  de lo meramente terrenal… pero, ¿qué hago yo contando todo este rollo?
      ¡Ah sí!,  es  que una amiga que escribe se ha puesto pesada y  me ha pedido que les cuente mi historia de amor.

Glosagon.

12 junio 2012

Destellos

Mirándome sin mirar me pidió que le construyera el color azul.
   Es complejo explicarle a alguien que vive en un mundo indefinido y cuyos ojos están blindados a la luz como en un eclipse eterno, cómo es un color.
   No puede ver pero puede sentir, oír, oler, saborear e imaginar. Imaginar es la capacidad de ver lo que hay. No creo posible describir un color, pero si, las sensaciones que me hace sentir.
   Depende de a quién se lo preguntes te lo describirá de una forma u otra pero ya que me lo has pedido a mí te ayudaré a construirlo y sobre todo, a sentirlo.
    Azul es la música que escucho al sumergirme en agua fresca y limpia. Es la sensación que acuna el sol y sonríe la alegría. Es el sabor de la cerveza helada que congela mi sed los días de verano sentada en una terracita oliendo el mar mientras mi mente se fuga para cabalgar de manera desbocada sobre el horizonte. Es el reposo que disfruto tumbada en mi sofá con la cabeza ladeada y durmiendo a trompicones. Es la caricia de una mano suave, con arrugas, que me recuerda quién soy. Es el chasquido de un beso sonoro de mi hija. El abrigo de un abrazo. Es ese momento tejido con piel sobre una cama de sábanas vencidas y estrujadas. Es esa bossa-nova melancólica que tarareas sin descanso.
    Es la lectura pausada de un amigo con cara de cartón. Es energía encauzada que me hace aquietar la mente y permite que fluyan los pensamientos. Es inteligencia y es filosofía.
       Es Venus danzando en su órbita  guiñándole un ojo a la Tierra. Es el viernes y los meses de septiembre y diciembre.
   Azul es el color de mi monólogo interior.
   Cuando creas que no hay nada alrededor podrás oír, sentir, oler y disfrutar del color azul en tu mente. Para imaginarlo no tienes que cambiar de vida sino la manera de vivirla.
   ¿Te das cuenta que he rellenado tu curiosidad  por el azul y te he obligado a imaginarlo solo con palabras?
    También ellas son de ese color.

Glosagon.


05 junio 2012

Venganza de seda

   Un tumulto de gente desconocida nos gritaba su apoyo tras la barrera policial. Sus fervientes arengas ponían a caer de un burro a bancos, gobierno y políticos.
   El fatídico día del desahucio había llegado.
   Mis padres agitados e impotentes miraban con ojos aguados aquellas paredes que tanto esfuerzo y trabajo  les había costado comprar. Ahora con solo el esfuerzo de una rúbrica y de cuatro empujones, ¡a la puta calle!
   En protesta, aquella noche acampamos frente al chalé del director de la sucursal bancaria. Era un transformer porque mi padre siempre decía de él que tras los sucesivos impagos  se había transformado de benefactor a villano, que le había arropado entre lana de cordero y ahora se lo merendaba con dientes de lobo. Mientras intentábamos dormir en el minimalista apartamento Decatlón sentimos un pinchazo en el cuello. Mis padres y yo nos incorporamos y nos miramos sorprendidos. Nuestro tamaño menguaba considerable y velozmente, nuestras extremidades pasaron de cuatro a ocho al igual que nuestros ojos y cada uno con su lente, nuestra espalda se convirtió en una cutícula rígida y muy dura.
-¡Joder, que pasada!- grité saliendo al exterior. Entramos a dos patas y salimos a ocho como en los bares.
   -¡Tengo ojos hasta en el cogote!- vociferó mi madre alucinada.
   -¡Ah pero es que antes no los tenías!- dijo mosqueado mi padre mientras se zampaba un grillo que estaba dando la tabarra.
   Aquella mutación arácnida nos permitió tejer nuestra particular venganza.
   Nos adueñamos de la casa del transformer. Mi madre tan laboriosa y clásica como siempre, se encargó de hacerle la vida imposible a la réplica “made in China” de la Barbie instalándose en su vestidor, disfrutaba  día y noche tuneando con hilo de seda sus trapos de marca.
 Mi padre asustaba por su gran tamaño y balanceo agresivo. Caminaba y trepaba por paredes y techos provocando el pánico familiar, yo discreta y tímida me adueñé de su fantástica biblioteca. Solo yo puedo disfrutarla, él ya no se atreve a acercarse después de tener que llamar al servicio toxicológico varias veces por mis picaduras.

Glosagon.

29 mayo 2012

Las esperas

  
 Dicen que el oficio de vivir te lo enseña la vida misma, vive intensamente aunque puedas salir herid@ es la única forma de vivir la vida plenamente, por tanto siempre es  el momento, sin esperas. El tiempo vuela, no dejes para otro momento lo que quieras hacer, lo que quieras decir, ese momento puede estar lejos o no llegar. No guardes nada para una ocasión especial, cada día que vives es especial.
    La vida no es esperar a que pase la tormenta es  aprender a bailar bajo la lluvia. Es ese conjunto de experiencias para gozar no para sobrevivir. Aquellos que conocen sus miedos son los que terminan por superarlos permitiéndose vivir intensamente cada momento de la vida antes de  que baje el telón y termine su obra sin aplausos.
   La vida no se mide por el número de respiraciones que hagamos sino por los momentos que nos quitan el aliento. No dejes que te quiten el ánimo porque hasta una patada en el culo es un empujón hacia adelante.            ¡VIVE!.
Dicho de forma más clara y con acento canario. Merece la pena verlo.
http://youtu.be/mB4ItrJIdig
Glosagon

23 mayo 2012

Fluidez vital

El agua tibia que envuelve mi cuerpo  me reconforta y el perfume de las sales penetra en mi interior hasta el punto central de mi cuerpo, aquel que asumirá el  protagonismo absoluto en la obra de hoy. Nuestro papel será meramente secundario donde nuestro único anhelo será lograr el éxito.
   Lo hemos planeado todo. Ésta nos pareció la mejor opción, la más coital y personal, en nuestra casa, en nuestra cama, sin terceras personas  invadiendo nuestra intimidad en medio de un habitáculo insulso y desangelado.  ¡Esta será nuestra noche!
   Él  entra en el baño y las ruedas de su silla chocan contra la bañera, me besa lascivamente e introduce sus manos en el agua, una explora mis pechos y la otra emigra hacia mi entrepierna. Cierro mis ojos y dejo que sus dedos me afinen. Solo quiero que sus manos de solista compongan una sinfonía sensual y sugestiva con mi cuerpo. Como el placer va “in crescendo” abandono la bañera y le miro, las gotas de líquido transparente y pompas volátiles de jabón le indican hacia dónde voy. En la habitación, la oscuridad solo  se quiebra por las llamas trémulas de las velas, me siento en la cama y él permanece  en su silla, nuestras manos comienzan una danza de búsqueda desesperada, de ansia irrefrenable, sin pudor, con amor. Tal  despliegue pasional provoca una erupción  natural embriagada de simiente. Aquel maná abigarrado de actividad es depositado en una desierta placa de Petri  plástica y estéril al igual que la jeringa. La introduce en mi vagina transfiriendo en mí toda su ternura y deseo,  su mirada enardecida me provoca el orgasmo.
   El líquido fecundador es absorbido de manera natural por mi cuerpo sediento, el viaje de entrada es cálido y sin paradas, una vez llegado a su destino reposa plácidamente esperando su desenlace. Le cojo las manos y engarzadas con las mías las deposito sobre mi vientre y abrigamos de manera protectora la esperanza de que aquello sea la continuación de algo hermoso.
Glosagon.

15 mayo 2012

Tintineos

Aquella bandeja de borde dorado y con enormes flores de colores  que invitaban a la esperanza viajaba diariamente, y muchas veces, por el iluminado pasillo que unía la cocina con la estancia  donde se albergaba y custodiaba a la  flor más frágil y querida.
   Su murmullo afligido y pesaroso se sentía por toda la casa porque nunca era vacío y solitario, siempre peregrinaba escoltado por algún camarada. Algunas veces  por la colisión histérica de botes de fármacos que aliviarían el dolor, otras por el tintineo suave de una cucharilla repicando en la taza de caldo caliente que mitigaría los escalofríos y otras por el rechinar de los platos entre sí que casi siempre retornaban intactos a su origen.
   Aquella banda sonora de porcelana y cristal se quebraron junto a ella una calurosa mañana de agosto.
   Quizás por eso odie comer en la cama.


Glosagon.

09 mayo 2012

Despertar

   Aquella oscuridad absoluta me lamió los ojos. Mi campo visual es mínimo y aunque intento poner en práctica toda mi agudeza visual no soy capaz de adivinar un color o una forma. Lo que mis ojos no perciben lo intento compensar con el resto de mi abanico sensorial como si fuese un invidente casual.
   Estoy tumbado sobre una superficie plana, compacta y rígida. Mis brazos penden de los hombros como péndulos de reloj dañado, mi cuerpo compungido y convulso se  derrite en sudor. El frío se hace doloroso por su intensidad, intento incorporarme y adivinar dónde  me encuentro y cómo he llegado hasta aquí. Al apoyar las palmas de mis manos siento que éstas se deslizan inseguras y caigo de nuevo sobre mi maltrecha espalda. Me quedo inmóvil sintiendo la contracción de los músculos.
   El silencio reinante me acerca el canto de unos jilgueros juguetones, el sonoro croar de unas  ranas y el cacareo ponedor de unas cumplidoras gallinas. Hacía siglos que no escuchaba aquellos sonidos, tan comunes en mi infancia, y que por algún motivo incierto deje que se perdieran en algún recodo de mi “triunfante y ocupada vida”.
   El perfume a heno recién segado me hace girar la cabeza  e inspirar su olor a bocanadas desmesuradas que agitan mis pulmones  violentamente acompañados por el  maltrecho corazón. Recuerdo las siegas junto al abuelo, aquel hombre benevolente y cariñoso que adoptó el papel de padre cuando, el verdadero, desapareció entre las olas de una mala mar, la misma que ahora me salpica los ojos haciendo que se despeñen por mi cara, hasta mis labios secos y agrietados, devolviéndole a mi boca  aquel sabor salado que identifica a las lágrimas.
   Cuando entreabrí mis ojos conscientes  y una voz extraña me informó que había sufrido un infarto severo y que tenía otra oportunidad para inaugurar mi vida, supe que aquel  despertar inconsciente cambiaría para siempre mi rumbo.
Glosagon.

01 mayo 2012

Esa voz

Su primera toma de contacto con ella fue el día de su cumpleaños. Al principio estuvo reticente y obtuso, ¿cómo se atrevía a usurpar su espacio sagrado de cuatro ruedas sin él solicitarlo?
   A medida que iban pasando los días se acostumbró a su presencia que irradiaba luminosidad, pero sobre todo, lo que más le gustaba de ella era su voz.
 La voz de “Esmeralda” tenía matices sobrios e imperturbables, aunque un poco jodelones también.

   Como en cualquier relación que se precie no lograron evitar las broncas, a veces varias en el mismo día, sobre todo cuando ella se empeñaba en darle clases de conducción, eso le ponía de muy mal humor, o cuando lo que ella proponía significaba dar un rodeo innecesario para llegar a su destino, entonces hacía acto de presencia el energúmeno que todos llevamos dentro mientras conducimos y le gritaba -¡cállate de una vez, tía pesada! y “Esmeralda” languidecía por un “off” brusco y cortante.
   Poco duraba su silencio porque en cuanto llegaba a una encrucijada de caminos la echaba de menos y la perdonaba acariciando de nuevo el “on” y ella le contestaba con cierto retintín…
–Recalculando el recorrido-.

Glosagon.

24 abril 2012

No digas que fue un sueño

Fue tan intenso el dolor que comenzó a soñar…
La enorme puerta que le dio la bienvenida al caserón  era majestuosa pero a la vez inquietante. Aquella cabeza de carnero, con cuernos retorcidos y ojos  metálicos clavándose en los suyos, provocó  que  un escalofrío se  aposentara en su nuca y su mente solo pensara en cómo saldría de allí.
Subió corriendo por unas escaleras de peldaños de blanco mármol gastado, que la guiaron hacia una habitación donde la luz, también temerosa, se escondía tras unas largas y pesadas cortinas.
Olía mal y sintió que un pútrido olor le atravesaba la nariz y se le clavaba en la garganta. Le faltaba el aire y quería salir de allí.
Dio vueltas y vueltas buscando una salida, pero no la hallaba. Se sentía como un diminuto ratón atrapado en su ratonera. Las baldosas del suelo la mareaban,  blancas y negras, negras y blancas. Sintió arcadas porque el olor seguía perenne en su boca. Oyó un chasquido, se giró y se topó con el carnero de la puerta de entrada, erguido sobre sus dos patas traseras mirándola  amenazante. Intentó correr pero sus piernas se habían quedado sepultadas  en una baldosa negra y era incapaz de andar. Cerró los ojos y un sudor frío la abrigó.- Tengo que salir de aquí,- se repitió incesantemente.
   Cuando abrió los ojos se encontró  en la puerta de salida, escuchó el repiqueteo de las pezuñas del carnero bajando por la escalera y corriendo hacia ella. Dio un salto y  ya estaba fuera.  Se aferró a  la enorme aldaba de cobre que colgaba de la puerta y con mucho esfuerzo intentó cerrarla. El carnero extendió su pata por el hueco que quedaba por cerrar e intentó hacerle daño, una vez más, pero no lo consiguió. Un último esfuerzo, ya casi estaba cerrada. Junto al golpe de la madera rugió un grito.
 Anestesiada por el miedo  no fue capaz de celebrar que tras aquella puerta quedaban enterrados diez años de vida malograda y un monstruo  ruin y perverso.

Glosagon.